Chapotin. Elena
     [967](1839-1904)

 
   
 

 

  Fundadora de las Misioneras Francisca­nas de María en 1877, multiplicó sus centros en muchos países misioneros.
   Nació en 1839 en Nantes. En 1865 entró en la Compañía de María Reparadora y fue enviada a Maduré, en la India y luego se encargó de la ani­mación de jóvenes indígenas en Trichinopolis. En 1867 fue nombrada Pro­vincial de la región. En 1874 fundó la comunidad de Ootacamund, en Nilghiris. Las tensiones por la orientación de las obras la llevaron con otras 18 Hermanas a separarse de la Sociedad y organizar otra propia.
   En 1876 fue con cuatro Hermanas a Roma para clarificar su orientación misio­nal en favor de los más pobres. Recibida por Pío IX, recibió autorización para la nueva Congregación.
   Esta­bleció un Novi­ciado en Saint Brieuc, en la Bretaña francesa y volvió a la India. En 1880 viajó a Roma. Reci­bida por León XIII, tuvo nuevos apoyos. Adhirió su Instituto a la Tercera Orden Francisca­na.
   En 1885 abrió casa en Marsella y una en Cartago, a petición del Cardenal Lavi­gerie. Y preparó otras nuevas en China, Ceilán e Indostán. En 1887 se estable­ció en Inglaterra, en Cledevon (Somer­set) y luego en Friburgo, en Suiza.
   En 1892 abrió la casa de Estados Unidos, de América. Y en 1895 varias casas en Centroáfrica, en el Congo primero y en otras regiones después. También ese año viajó a Portugal, para iniciar la pri­mera casa en Braga
   En 1898 las Hermanas se encargaron de los leprosos de Mandaly, en Birmania. Después vino la Leprosería de Kemenndine. En Japón surge la de Kuma­moto. Y en 1899 abrió la de Québec.
   En 1900 viajó a España para abrir la primera casa en Pamplona. La última la abrió en Burgos el año de su muerte, que aconteció el 15 de Noviembre de 1904, dejando ya 86 casas, 3.000 religiosas y 8 Provincias.
  Sus Escritos: "Meditaciones litúrgicas y franciscanas para todos los días del año", "El Costumbrero", "Las Constitucio­nes", "Diario de una madre para sus hijas. (autobiografía)", "Vida de San Pascual Bailón", "Vida de San Antonio de Padua", "Vida de Santa Engracia", "Vida de la Madre María Herminia y de sus compañeras", reflejan un alma piadosa y una misionera infatigable dispuesta a recorrer el mundo para luchar por el Reino de Dios.